lunes, 31 de enero de 2005

31/01/05

31/01/05 

Hola a todos. Como estos son hechos que pronto serán del dominio público, habíamos acordado postear una brevísima nota para daros fe de las anéctotas acaecidas durante la íntima montería (íntima para todos menos para los pobres animalitos que fueron acechados, ahumados, acorralados y masacrados, nos imaginamos), que se celebró ayer en la extensa finca de una de las más selectas escopetas financieras y cinegéticas de España, coto privado, pero al llegar aquí hemos descubierto, con sorpresa y agrado, que se nos habían adelantado. Efectivamente, a Letizia se le escapó un tirito inoportuno, y sólo el poco pelo del empresario navarro que caminaba unos pasos frente a ella impidió que este fuera agraciado con su nuevo look, un vanguardista peinado de diseño con la raya enmedio del cogote. También es cierto lo del perro, un basset nos comentan, que le quiso hacer unas carantoñas a la princesa y casi se queda sin dientes; por lo visto Letizia se puso muy nerviosa y la emprendió a patadas con el pobre can, y como las botas, más bien botines, eran de las de punta fina y tacón holgado, pues cuando le acertó de refilón en la carita le catapultó a más de un metro, y el pobre chucho huyó despavorido y gimiente; nos confirman que discretamente fue retirado de la partida por su dueño, que hasta avisó al veterinario. Su pronóstico actual es fuera de peligro. El resto del día transcurrió tenso y desagradable, porque cuando se sortearon los puestos parecía flotar una ominosa sensación de desconfianza en el ambiente, aquello más que una montería parecía una sesión de ruleta rusa, nadie quería que le tocaran los lugares más “azarosos”, susceptibles de quedar al alcance del punto de mira de la primeriza, y lo cierto es que hasta las bestezuelas del campo parecían haber tenido algún barrunto, como cuando el tsunami, porque brillaron por su ausencia, apenas si se llenaron unos cuantos morrales. Afortunadamente la jornada transcurrió sin más incidentes. La pareja se retiró muy temprano, y apenas alternó con la concurrencia durante la cena. Esta mañana casi al alba han abandonado el lugar con destino desconocido. 

Podemos confirmaros que los Asturias visitarán el Hospital Imperial de Tokio en su próximo viaje a Cipango, Letizia y compañía desean someterse a un exhaustivo reconocimiento ginecológico, y que aquellos profesionales de renombre mundial evalúen sus posibilidades de ser finalmente inseminada. 

Un saludo a todos. Hasta pronto (si nos dejan).

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