domingo, 26 de septiembre de 2004

26/09/2004

26/09/2004 

Hola a todos. Esa frasecita de tengan cuidado ahí fuera era la que siempre les dedicaba en la tele la inspectora jefe a sus muchach@s de azul cuando salían a “apatrullar la ciudad”, y lo cierto es que vivimos en un wild, wild world, y hay que andar siempre con cien ojos, lavarse bien las orejas, y tantear el suelo con tino antes de posar los pies. Todo esto viene a cuento porque seguimos sin entender los cambios producidos en nuestro exforo, que quizás no tengan la más mínima trascendencia, pero que han contribuido a que le cojamos cierta desconfianza, así que, agradeciéndole profundamente los servicios prestados, nos vemos obligadas a decirle au revoir. La compra de voluntades molestas por parte de la Corona ha estado siempre a la orden del día, este podría ser un caso más, pero sobre este punto no tenemos ninguna constancia, a favor o en contra. En todo caso, una advertencia si que tenemos que hacer al respecto, a quien pueda interesar; dada nuestra forma de trabajar, es difícil que se nos localice, pero si esto llega a ocurrir, y vienen a por nosotras de frente, tenemos por supuesto medidas de emergencia adoptadas para tratar de minimizar el impacto y procurar que nuestro sacrificio no se produzca, o, en el peor de los casos, no resulte inútil. Pero como se les ocurra venir contra nosotras por la espalda (es decir, con nocturnidad y alevosía y a la chita callando, la modalidad conocida popularmente como “mano negra”), entonces si que se va a liar de verdad. Decimos esto porque en un mundo como este no puede una fiarse de nadie, y nuestros diversos Ips podrían cotizarse muy altos en el mercado virtual, y alguien podría pensar en agenciarse un dinerillo extra vendiéndoselos a quien no debe, y esos compradores llegar a fijar nuestra posición, y ofrecérsela a la princesa, y esta querer servirse en el frío buffet de la venganza y convencer a su maridito de que se conviertan los dos en nuestros “amigos invisibles”. Fiscalmente, no tenemos nada que temer, todo está bien cuadradito. En otros órdenes, tampoco. Ahora, como en un momento dado lleguemos a sospechar que exista el menor indicio de algo asimilable a una hipotética “mano negra” operando contra cualquiera de los elementos que configuran nuestras vidas y haciendas, soltamos el pie del freno y que salga el sol por Antequera. Me explico; no regalamos información por dinero, sino por motivos ideológicos, (o más bien “idealistas”, porque el que nos lea habitualmente podrá certificar que no somos carne de partido, no buscamos la confrontación sino la reflexión y el consenso y pretendemos contemplar las cosas desde una perspectiva mucho más general), pero si se empeñan en buscarnos las vueltas, organizaremos nuestro propio foro, que “hostearemos” en el lugar del mundo que sea menester, y empezaremos a colgar material sensible, con pruebas fehacientes, que ríete tú de las adicciones de Letizia o del color de los preservativos del Príncipe. De momento no tenemos intención de hacerlo, porque como decimos no buscamos el lucro con nuestra actividad, sino el servicio legítimo a nuestro país, al que consideramos en una encrucijada de lo más delicada, en una situación de indefinición y crisis de valores que hay que sufrir y remontar con precaución. No vamos a incidir de nuevo aquí sobre la gravísima equivocación que ha constituido esta boda, sobre la aterradora posibilidad que se cierne sobre nuestro panorama político-social, la de que esta impresentable parejita nos represente, aun cuando sea simbólicamente; sobre todo ello hemos redactado numerosas páginas ya. Pero lo cierto es que sabemos más, mucho más, datos que nos abstenemos de publicar por Conciencia de Estado, pero que si no nos dejan otra opción, dejaremos escapar...mira, puede que hasta nos embolsemos una cantidad de dinerito nada desdeñable en el proceso, que a nadie le amarga un dulce, hasta al más desahogado le viene bien un ingreso extra. Y como somos muy susceptibles, atribuiremos a malas intenciones cualquier cosa que se nos antoje fuera de lugar, así que, Elegidos y esbirro-subordinados, estáis avisados, y el que avisa...no es traidor. 



Por lo demás, nada nuevo bajo el sol de otoño, cuya masa crítica tantas condiciones reúne para convertirse en supernova; Letizia sigue sin estar expecting, con lo cual lo que aumenta exponencialmente es su desespero. Ahora, no os creáis nada de todas esas tonterías que cuentan de los trajes que ha encargado con la misma talla porque son falsas, de hecho, ha sido una maniobra del bueno de Maquiavelo Senior para desviar la atención y tratar de aliviar un poco la tensión. Pero lo cierto es que la posibilidad de que la Princesa alcance el estado de buena esperanza por métodos tecnológicos aumenta constantemente, porque a la clínica de Fairfax se une ahora un proyecto en Suiza, y por otro lado los mismos ginecólogos de su equipo (que, como ya habréis visto publicado, pertenecen a la Clínica Ruber), están cediendo lentamente a las presiones de la experiodista, que se apoya en el hecho, (comprobable), de llevar casi tres semanas sin consumir ningún tipo de substancia estupefaciente, apenas alcohol, y estar circunscribiéndose estrictamente a las dosis de medicamentos prescritos. Continua fumando como una carretera, eso sí, pero con un poco más de esfuerzo por su parte y de tabarra y estímulos crematísticos aplicados a los especialistas, quien sabe, podría estar muy próxima a conseguir su objetivo, aquí o en el extranjero. Un saludo a todos, nos vemos.

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