lunes, 31 de mayo de 2004

31/05/2004

31/05/2004 

Hola a todos. Si intróducimos esta brevísima nota que no trata de hechos ya consumados sino de posibilidades es debido a lo atónitas que nos hemos quedado al oir los planes que tiene pergeñados Doña Letizia en referencia a su próxima estancia en un resort de lujo en las costas de la Baja California. Abrochense los cinturones; 

Primero; está en principio planeado, aunque no es definitivo, que dicho resort pertenezca a la cadena Meliá, así se consigue vender la estancia como otro acceso de fervor patriótico, gastan nuestro dinero, sí, pero en artículos made in Spain y así todo queda en casa. 

Pero lo fuerte; Letizia ha insistido e insistido (y parece que finalmente se sale con la suya), en pasar por Méjico en su luna de miel y en sus planes está ¡el presentar a su marido varias de las personas que conoció durante su experiencia en aquel país, incluidos ex-amantes!. Ante semejante nivel de modernidad por parte de ambos, somos incapaces de improvisar ninguna perorata ético festiva, simplemente nos hemos quedado mudas. Un saludo.

sábado, 29 de mayo de 2004

LETI DE ARABIA

LETI DE ARABIA

29/05/04 

Incidentes varios en los esponsales nabateos

Antesdeayer, durante la recepción ofrecida por los contrayentes en el Palacio de Zarán, saltaron chispas entre Letizia y las infantas. Más que a un hecho concreto, fueron debidas a la absoluta situación de crispación que se vive en la familia real desde la llegada y sobre todo desde la celebración de la boda entre Letizia y Felipe. 

Esta última ha sido quizás la una de las mil y una noches, pues la pareja la ha pasado en un emplazamiento de ensueño, en un complejo residencial propiedad de la familia real de Jordania en el sur del país, no muy lejos de lugares donde se filmaron escenas del la imperecedera Lawrence de Arabia. Al parecer fueron invitados por el príncipe Hamza en calidad de recien casados que apenas han yacido en común, pues estaba escrito que después de las jaranas de la boda y la tornaboda esta noche pasada él debía desvirgar (o por lo menos esa es la versión oficial, de estos hachemitas hay que fiarse lo que de cualquier otro de este mundillo, lo justo, aunque si es cierto que la chica está bien pulida, se comporta con discreción y es muy mona, s 
in ánimo de entrar en comparaciones), y como a él se le antojaba que debido a lo accidentado del viaje de novios de nuestros príncipes hasta ahora quizás seguían sin conocer los encantos profundos de una larga noche de pasión, y como hay confianza, pues se los llevó con él, al fin y al cabo el desierto es muy grande y nadie puede oir tus gritos (uy, perdón, eso es de otra película), pero bueno, si es cierto que en el complejo mencionado hay (debería de haber) sitio de sobras para dos recien desfloradas. Al parecer se han alojado en la jaima de los invitados, un tenderete a lo Simbad de más de mil quinientos metros cuadrados habitables y otros dos o tres mil de jardines al oeste del Edén, con una impresionante piscina privada flanqueada de inmensas dunas (a la familira hachemí (que no hachemita, por cierto, según me comentan) parece que le importa tanto el despilfarro desproporcionado como a la nuestra). Esta mañana, salidas de tono; a primera hora sale Letizia en un minúsculo dos piezas dándose una vuelta por el “campa mento”. El personal de guardia, servicio y demás, musulmanes practicantes, se ha quedado de piedra. Tampoco le ha hecho mucha gracia a la nueva dueña de la casa, que apenas acababa de estrenar marido cuando ya le ve las orejas al lobo (en este caso, más orejas que otra cosa, pero loba al fin). Después, cuando estaban ya todos subidos al camello para comenzar una pequeña excursión matinal a lo Indiana Jones a no sabemos que jeroglíficos preabrahámicos, Leti se ha escurrido del camello y ha dado con todos sus huesos en tierra, y después de eso ya no ha querido volver a subir y ha habido que encargar un todo terreno solo para ella (bueno, Felipe (y el conductor) la han acompañado, claro). 

Cada vez parece estar más claro que la princesa se ha salido con la suya y la pareja no volverá a reiniciar su Tour por España sino que desde Jordania se embarcarán directamente en la dolce vita, aunque aun no hay tomada decisión final a este respecto. Un saludo.

Pilar

jueves, 27 de mayo de 2004

DEPRISA, DEPRISA

DEPRISA, DEPRISA - 27/05/2004

Los acontecimientos se suceden. Desde el momento en que Letizia dió el sábado su tan “profesional” sí, quiero, no ha perdido ni un segundo en empezar a maquinar. 

Honey Moon Foto-Tour; esto no lo ha maquinado ella, ni mucho menos, le ha sentado como un tiro. Fue un invento de última hora que se sacaron de la manga los propagandistas oficiales de la Casa Real para tratar de contrarrestar todo el ridículo y desprecio a presentes y ausentes del día de la boda. Cuando han planteado que debería seguir después de la vuelta de Jordania, ella ha puesto el grito en el cielo, por que ya tiene planeada su luna de miel en lugares paradisíacos varios y además en buena compañía (no, no exclusivamente la de Felipe, que a solas le aburre, sino la de alguna/s parejas superfashion nacionales o extranjeras cuya presencia estará por supuesto subvencionada por fondos públicos). Los del CNI real siguen insistiendo en más gira por España, ya veremos en que queda la cosa. Por cierto, que la foto del beso está aun por llegar, quizás será aquí o quizás fuera, pues en la última etapa de la gira no hubo tiempo de encuadrarla y lo han dejado estar de momento. 

A propósito de Jordania, nueva trifulca en Palacio. Letizia quiere acudir a la boda con un nuevo modelo superstar en colores de guerra y muy ceñido que en la cultura musulmana sería totalmente inapropiado, así que los de protocolo han intentado que cambiara de opinión y se ha liado una de las buenas; finalmente, Letizia ha accedido a llevarse los dos vestidos y proceder según se presente el panorama, ya veremos lo que pasa. 

Pero lo verdaderamente trascendente es que Letizia está empeñada en que mediante métodos artificiales se le propicie un embarazo inmediato (bueno, hasta ahí ya contábamos), pero que además, y saltándose todas las leyes y acuerdos éticos internacionales, se le permita elegir el sexo de la criatura, y que esta ¡sea niña!. ¿Por qué?. El tema es complicado y requiere una explicación más larga que ahora no disponemos de tiempo para dar, lo haremos en cuanto nos sea posible. 

Thelma ha pasado la segunda noche con su madurito. 

Un saludo. 

Pilar

domingo, 23 de mayo de 2004

JAULA DE GRILLOS


JAULA DE GRILLOS – 23/05/2004 


Hola a todos. Como viene de fresquito el pescaito, como colea, está que se tira fuera de la sartén. Vamos por partes. Lo primero, nuestras disculpas; disculpas a tod@s aquellos que anunciaron que durante el día de autos se sucederían los signos ominosos y extraños y a quienes tomamos un poco a broma; aún a sabiendas de que estamos abusando quizás del personaje más calenturientamente lúcido de Su Poeta, debemos recurrir de nuevo a una frase del bueno de Hamlet, pronunciada mientras recorría las concurridas almenas de su envidiado y podrido castillo; “hay más cosas en el cielo y en la Tierra, mi buen amigo Horacio, de las que nuestra filosofía se atreve a soñar”, porque es de lo más cierto que calamidades como la del sábado tampoco se ven a menudo. El inmenso y negrísimo nubarrón sobre Palacio, los truenos amedrentadores, la cronométrica precisión con la que la lluvia sincronizó su irrupción y arreció in crescendo para boicotear a conciencia la llegada de los protagonistas y más en concreto la tan larga y desesperadamente anhelada entrada triunfal de la novia, son fenómenos que tuve la ocasión de apreciar en primera persona y que no podré olvidar mientras viva. La sucesión de accidentes y hechos desafortunados que se han encadenado durante los últimos días en nuestro país y la multitud de prodigios sin explicación de los que hemos recibido noticias, anormalidades meteorológicas, imágenes de vírgenes llorando sangre, avistamientos diversos, avisos a los servicios de urgencia por la aparición de extraños síntomas tipo heridas y estigmas y un sin fin de historias sobre problemas psicológicos derivados de terribles visiones y pesadillas, son sucedidos sobre los que no tengo información de primera mano y no puedo juzgar, si bien quizás con más tiempo podamos saber algo más a través de nuestros contactos en diversos ambientes religiosos. Lo que está claro es que, dicho sea con todas las reservas racionalistas, parece haber alguien ahí arriba a quien no lograron convencer del todo desde televisión de que este casamiento era un chollo. 



Ni siquiera los medios oficiales han podido silenciar el hecho de que esta boda ha sido tirante y rígida, falta de calor humano, de una tensión que podía cortarse con motosierra. Bueno, pues a nosotras, sabiendo lo que sabemos, nos ha parecido lo contrario; dadas las circunstancias, ha salido mejor de lo que nadie hubiera podido suponer. Vamos por partes. Primero haceros un comentario en off; hay quien a veces se pregunta como somos tan exhaustivas en nuestras narraciones, como podemos saber las cosas con tanto detalle; bueno, sabemos mucho, creednos, las cosas nos llegan de primerísima mano; otra cosa es que haya determinados hechos que relatamos de forma un tanto literaria para dar agilidad y hacer más entretenida nuestra lectura. Por ejemplo, si contamos el ya célebre episodio de los polvos de mostaza en Miami, podéis tener por seguro que sabemos que una oronda agente de color encontró dicha substancia en el bolso de Letizia; otra cosa es que a la puerta del baño llamará dos o tres o más veces o incluso que no llamara, que interceptara a Letizia antes de que esta tuviera tiempo de cerrarla. Por supuesto que no sabemos que ocurrió exactamente cuando el Príncipe y su amante fueron descubiertos en la habitación, pero a la vista de la escena posterior del crimen y de lo que nuestras fuentes nos relatan a posteriori, podemos hacer una reconstrucción de los hechos bastante ajustada. En estos pequeños detalles puede haber algo de aportación literaria, pero todos los temas de fondo son estrictamente verídicos y comprobados. También hay quien dice que lo que contamos es demasiado increíble; ahí no tenemos nada que censuraros, nosotras somos las primeras que nos quedamos atónitas de ver las cosas que ocurren; si fuera al revés, yo no me creería probablemente ni media palabra. Pero son ciertas. A las personas que viven vidas decentes y normales todas estas cosas le parecen imposibles; imagino que de igual forma el pueblo de Roma desconfiaría cuando le explicaban que sus emperadores mataban a sus madres o se comían los fetos no natos de sus vástagos; pero aquellos que se mueven en altas esferas de dinero y poder sufren pasiones desatadas nacidas de la vanidad, la ambición, el afán de dominio y el sexo que en otros niveles son difícilmente imaginables. 



Y las cosas ahora están así; la relación entre los diferentes miembros de las familias Borbón Grecia y Ortiz Rocasolano son de todo menos fluidas. Y entre los componentes de la familia de la novia existe asimismo un avispero de rencores; el abuelo asturiano no se habla con su en teoría legítima esposa (de cuyo hijo no es el padre), la locutora del Libro Sagrado; por supuesto (y eso parece hasta lógico) que la Togores no se habla con Paloma, que a través de Letizia vetó su asistencia al evento: Thelma no se lleva excesivamente bien con ninguna de sus dos hermanas, por un capítulo que parece tener su origen en cierta rivalidad juvenil por los cariños de un antiguo conocido suyo y de su hermana mayor; naturalmente que Paloma y su ex, ni acercarse; desde el divorcio, no se puede decir que Letizia y su padre sean uña y carne; tampoco las otras dos hermanas le tienen en gran aprecio, solo la abuela Menchu es una incondicional de su ilegítimo y corporativo retoño. Y finalmente, marginados por todos sin que hasta ahora sepamos muy bien el por qué, los abuelos de Alicante, los auverneses de la Finca Fanegas, que por cierto, parecen ser los únicos presentables de la casa, simpáticos, trabajadores y sin nada que esconder, y que se sentían fuera de lugar el sábado rodeados por semejante caterva de zorras, vividores, borrachos y demás envidiables exponentes de la más Alta Sociedad. 



Y en cuanto a sus problemas con la Familia Real, han ido en aumento debido sobre todo a la total falta del sentido de la perspectiva y la oportunidad por parte de la familia de la contrayente, que a pesar de ser la parte agregada se ha creído desde el primer momento con derecho a proponer y disponer a su antojo, y cuando por exigencias del protocolo no ha habido más remedio que recordarles su sitio, han torcido el morro. Lo que no perdona Mamá Rocasolano es que la hayan dejado fuera de primera línea en los cortejos nupciales. Querían además invitar a familia lejana que por necesidades de espacio ha tenido que quedarse fuera, y por supuesto que por el tema de su nueva esposa el Sr. Ortiz estaba que echaba chispas. En cuanto a las relaciones de Letizia con la Reina, son las que todos sabemos, y si mirasteis la cara de Sofía durante la misa no necesitareis más aclaración; naturalmente que este particular desprecio hacia su madre ha puesto a Cristina y Elena contra su cuñada, (y por ende también a Iñaki y Jaime). El Rey, poco amigo de roces domésticos, procura fundirse con la decoración (bueno, en este caso, es una forma de hablar, por que si lo hiciera...), pero es consciente del papelón que están haciendo y de lo que les espera. Y Felipe...bueno, Felipe sigue en su nube, la canita al aire del otro día fue solo un desliz, pero está enamorado de su mujercita, y si hay que definirse, lo tiene claro, aun antes de que le dejen terminar; Ella. Pero ni Letizia ni el resto de su familia le perdonan dicha humillación, y de ahí las tiernas miradas que la novia le dedicó durante la ceremonia. Bueno, a ver, ¿dónde estoy, que me pierdo?...no sé si me dejo algo, espero que no, pero vamos, ya os hacéis una idea, ¿no?. Las cosas ya estaban que ardían antes de la noche de los pasillos largos, y durante la boda, saltaron chispas de todos los colores, unos no se saludaron, otros se negaron el apretón de manos en la Iglesia, y etc, etc. 



Como ya os anticipamos, Sofia está destrozada; en primer lugar, como cualquier madre quiere lo mejor para su hijo, su felicidad, y con lo que lleva visto y oído duda mucho de que vaya a encontrarla en esta relación; en segundo se da cuenta del soberano ridículo que después de pasar una vida sacrificando sus impulsos para evitar se le ha echado encima de esta forma tan repentina e implacable. Y en tercero, estos meses han sido un auténtico calvario; todos sus conocimientos y experiencia del buen hacer en una celebración como esta acumulados durante una vida como profesional de la Corona, han sido arrojados a un lado sin contemplaciones y con las peores maneras posibles. Lo último, la modificación y supresión de algunas etapas ya preprogramadas en el trayecto de la pareja que Letizia se negó a llevar a cabo alegando problemas de tiempo y que podrían causar daños en su traje; no necesito especificaros a que me refiero y la gravedad del tema, ya se ha comentado a nivel nacional. De todo lo demás, hay para empezar y no acabar; anécdotas de pies fuera del tiesto, a docenas; ni el exquisitamente diplomático Pertegaz ha podido soportarla sin largar, pero en todo eso, como ya lo van a ir contando en los medios oficiales, no entramos



Hemos tenido un pequeño debate interno sobre la procedencia o no de dar nombres y apellidos en las aventuras de alcoba que vamos a relatar a continuación, pues en esta boda, como en casi todas, hubo varios fugaces rolletes. Naturalmente, el pretender que no se llevaron a cabo por parte de los más jóvenes (y de muchos de los menos) jolgorios y jaranas es otra mentira más; como de costumbre, se llevaron las salidas en secreto manipulando descaradamente a los contribuyentes. Hemos decidido que solo citaremos datos concretos de aquellas personas que han abusado o abusan flagrantemente del erario público español y se respetará a los demás, pues el resto, aunque gorrones, al fin y al cabo estaban invitados. Pero al grano. La noche del viernes al sábado se celebra la cena y ya algun@s quedan descolgados; tampoco penséis que el primero en caer y quedarse durmiendo la mona fue necesariamente el que más bebió (apúntate cinco, figura, además, para lo que te perdiste; entre el ambiente y los gregorianos de Mari Castaña hubieras acabado de echar toda la papilla), fue simplemente el que menos aguantó. A su término, con el postre en la boca, el resto de los sandungueros locales y foráneos se disponen a rentabilizar al máximo su Madrid connection y se largan a un exclusivo local nocturno muy cercano a uno de los dos Grandes Hoteles de la capital reservado a tal efecto. Y empieza el espectáculo; como en una bomba de racimo, cada cartucho se desparrama buscando su objetivo tejiendo una maraña que ni el mismísimo AWACS que sobrevolaba nuestras cabezas hubiera podido computerizar. A destacar esa noche, el increíble esfuerzo de las hembras de la familia Rocasolano por estrechar lazos diplomáticos con el Gran Mundo. Desde Simeón de Bulgaria a algún prestigioso escritor, todos entran en el punto de mira de Paloma, que sin embargo, hasta donde llega nuestro conocimiento, retorna sobria y acompañada únicamente por otras dos damas al hotel cuando se echa encima la hora de la peluquería. Erika no puede superar el desagradable handicap que supone la presencia de su marido en la fiesta, y tras algunos arriesgados escarceos con un apuesto querubín nórdico del más rancio abolengo también tiene que dejarlo para otro día. Mejor suerte disfruta Thelma, que acaba desapareciendo con un atractivo madurito de la nobleza local. Pero una vez más, la parejita fue el alma de la fiesta; Letizia, borracha como una cuba, pasándoselo bomba con la música de salsa, y tras comprobar que los ídolos musicales de su juventud estaban desde hace años totalmente integrados en el reino de la pluma (de hecho, dos de ellos, un compositor pop bendecido por las musas que en dos semanas se saca de la manga una obra sinfónica imperecedera y otro que...bueno, y otro, se fueron también en el mismo taxi), continúa la progresión lógica y tras intentarlo sin éxito en alguna galaxia balompédica muy lejana aterriza finalmente de sopetón en el siempre aguerrido y viril mundo del Toro. Pero para su mala suerte aquel era un matador atípico, un buen chico, modosito, de impecables modales y encima...con su mujer al lado. Así que cuando Leti le agarra y le arrastra en plan A Dios Le Pido, al muchacho se le pone la cara de todos los colores y ensaya un conato de acción evasiva, pero Leti, que posee en las manos mucha más fuerza de la que parece, le tiene bien trincado y comienza a arrimarle los hociquines peligrosamente; la esposa del asediado ya iba a agarrarla de los pelos cuando aparece Felipe, que había estado charlando en una esquina con sus primos de aquí y de allá (y marcado de cerca, todo hay que decirlo, por dos preciosas rubias de alcurnia a las que al menos por esa noche él no quiso dar cancha), y dominando su furia (a pesar de su poco intelecto, el príncipe bebe poco y es capaz de controlarse a sí mismo en estas situaciones bastante bien), arranca delicadamente a su casi señora de los brazos de la víctima y emprenden unos giros latinos por la pista (es verdad que Letizia baila bastante bien, incluso mejor cuando ha bebido; Felipe no es Fred Astaire, pero...) que son saludados con algunas palmas por las parejas de los alrededores. El príncipe aprovecha para arrastrarla hasta la puerta y llevársela para Casa (¿os vais explicando las caras de poco sueño del personal al día siguiente?). Bueno, pues así transcurrió la cosa; hubo más, algún flirteé al más alto nivel que haría las delicias por meses de la prensa rosa (hay que entenderlo, muchos son familia (y a la prima, se le arrima), se ven poco, y casi nunca pueden alternar con gente de su rango morganático), pero nosotras no vamos a desvelarlo, que esto ya se está alargando mucho, y no nos gusta dañar reputaciones de terceros y mucho menos dar dinero a ganar a todos esos sopla...,si quieren averiguarlo, que se busquen la vida ellos. 



Y en cuanto al bodorrió en sí...lo que ya se vió. Hay quien dice que la actitud robótica de Letizia durante la ceremonia se debe a que todo el asunto es un montaje; no lo es. Felipe está realmente enamorado de ella, incluso cuando haya algunas veces que no la aguante. A ella la guía su ambición y una especie de necesidad patológica del llegar a lo más alto. La relación que tienen es bastante compleja; como hombre simple, pusilánime y aniñado que es, al príncipe le fascina la frialdad y dureza que ella es capaz de mostrar; cuando intenta ser atento o protector, ella le responde indiferente o despreciativa, y esto a él a la vez le confunde y le atrae. A su vez la Princesa, que sufre graves desequilibrios psicológicos, es totalmente imprevisible; según nuestro entendido en psiquiatría, su trastorno le impide sentir espontáneamente sus emociones, y oscila permanentemente entre el control exacerbado y glacial de los acontecimientos (como durante la boda), y los ataques de furia incontrolada, cuando el vaso se llena (suerte para ellos que ese día no tocó). Por supuesto, una relación así no tiene ningún futuro; en cuanto a Felipe se le pase está infantil fascinación volverá a ser crónicamente infiel (como el otro día), y será lo más lógico, pues un hombre criado en su ambiente y con tantas facilidades tendrá oportunidades sobradas que no desaprovechará, pues dentro de pocos años no encontrará nada en esta esposa físicamente mediocre y psicológicamente inabordable, que ya ha entrado en fase de rápido declive. Como ya hemos comentado, ella es prácticamente incapaz de engendrar y además su propia tensión interior la hará envejecer muy deprisa, probablemente tendrá amantes pero no encontrará cariño en ninguno, lo de la bebida puede ir a más, los medicamentos, y si algún día la prensa tiene ocasión la despedazará, pues en el mundo periodístico, sobre todo entre las mujeres, se la odia de forma considerable. Es una pena. Esto es una jaula de grillos. Hemos gastado 25 millones de Euros en el capricho inconsciente de un niño malcriado (como dice cierta pareja de brillantes humoristas, si hay que gastar, se gasta, pero gastar pa ná...), en una farsa que no se mantendrá mas de cinco años, impensable que supere los diez. Los medios lo saben e incluso ahora ya están empezando a despertar. Pero no todos, en el ABC y El País, principales publicaciones de nuestro idem, hipocresía total; ni siquiera se menciona la cifra de gente que salió a la calle, dato importantísimo y de lo más significativo, que es un anuncio de los tiempos que han de venir; solo una pequeña frase en un artículo secundario del especial de boda del País, titulado Un Madrid inusual, hace referencia a ello,”Los efectos de esa imagen (haciendo referencia a las calles vacías ante el paso del Rolls Royce blindado) se descubrirán con el tiempo”. Esto es sin duda alguna el primer paso hacia el fin de la presente encarnación de la Monarquía en nuestro país, y creo que lo bueno es que la gran mayoría de la población en el fondo se alegra. 



Como Juan Carlista, nunca había compartido o tan ni siquiera entendido a aquellos que colocaban su figura en el mismo plano que la de el extinto dictador. Ahora sí. No el Rey como persona, pero sí la Monarquía como institución incuestionada e incuestionable, como engranaje con facultades para ejercer su arbitraria voluntad por encima de todas las leyes y derechos de los ciudadanos, más allá del bien y del mal. En aquella plaza había claramente no diré ya dos castas, sino incluso dos especies biológicas infinitamente alejadas; una era la de los invitados, los únicos que contaban, cuya única obligación en este mundo parecía no consistir en otra cosa que en hacer lo que les diera la más despótica gana, y la otra la de los demás, la chusma, el (exiguo) rebaño de infelices que se apelotonaba incómodo y excitado, muerto de frío y empapado bajo la lluvia, con el único objetivo de conseguir algún breve vislumbre de los primeros (una gran mayoría eran guiris, pero también bastante producto nacional, principalmente de provincias, familias con niños pequeños y personas de edad media avanzada) y que era mantenida insultantemente a raya como si su contacto o su sola visión pudiera provocar de alguna manera efectos contaminantes en aquellos que vivían graciosamente a su costa. Entre ellos el sistema, con toda su inapelable potencia de fuego, se encargaba de que no hubiera filtraciones. Aquí, aquí si que me gustaría tener un mínimo dominio de los recursos literarios para transmitir de forma vivida y precisa la sensación que me embargó ante aquel espectáculo. Por primera vez en mi existencia, comprendí de forma instintiva todo el tenebroso y aplastante significado de la palabra Fascismo. En las altas botas negras de los Pretorianos, en las oscuras y amenazantes bocas de sus subfusiles recién engrasados, en el omnipresente y avasallador estruendo de los helicópteros sobre mi cabeza. Veamos, no quiero excederme, me gustaría ser ecuánime; comprendo que eran necesarias fuertes medidas de seguridad. Pero también comprendo que después de semejante experiencia he de renunciar definitivamente a mis convicciones monárquicas; no nos engañemos, un espectáculo como ese sólo tiene un nombre; Teocracia; el Emperador del Japón no desciende del mono, sino en línea directa de Amaterasu, la diosa del Sol. Todos los reyezuelos árabes alegan lazos de sangre directos con el profeta, y nuestros Reyes lo son por la gracia de Dios. Y eso conlleva implícitamente una animalización o cosificación del resto de los seres humanos que no comparten dicho origen divino, y por ende un absoluto derecho sobre la vida y la muerte de sus súbditos por parte de los que pretenden tenerlo; a un nivel más moderado en la forma pero que descansa sobre esa misma filosofía subyacente de fondo se han llevado a cabo todas las arbitrariedades y abusos relacionados con esta boda durante los últimos meses, cristalizando y alcanzando su climax en el espacio y en el tiempo en aquel preciso instante en La Plaza de Oriente. Como han dicho varios internautas, el sueño acabó; hemos despertado de pronto y nos hemos dado cuenta de que lo que tomábamos por un régimen de libertades consolidadas no es más que un espejismo, que los fantasmas siguen asomados a los balcones de La Plaza. Y algunos, viéndonos despiertos, están empeñados en volver a hacernos dormir, pero eso ya no puede ser, es demasiado tarde. España está muy por delante de todo lo que ha pasado, y no corresponde a un país como el nuestro mantener semejantes despropósitos. Algún día, si nos atrevemos, (pues no vamos a pretender siendo recién llegadas al bando republicano dar consejos a los que siempre han estado allí) quizás expongamos nuestra visión de una república para el siglo XXI, una república para todos que mire solo hacia delante, sin ningún ánimo de remover el pasado o de pueril revanchismo, una república donde cualquier ciudadano de cualquier ideología pueda sentirse representado y a gusto con sus símbolos. De momento solo queremos aprender. De hecho, como se ha dicho ya, si ahora mismo se proclamase una república como la anhelada, no tendría por qué afectar más que a una sola familia (bueno...a dos). En todo momento seguiremos reconociendo y agradeciendo la imprescindible aportación de los Reyes a la democracia durante estos treinta años y a mi personalmente no me importaría (y me gustaría, si ellos así lo quisiesen) que vivieran felices y comieran perdices en esta república de ciudadanos realmente libres e iguales disfrutando de su derecho a la dignidad y al mayor de los respetos como todos los demás. 



Nos reímos mucho cada vez que de forma más o menos explícita arremete contra nosotros algún soplagaitas de la chusma que escribe. Cada vez que alguien aventura en un foro un apellido con el que etiquetarnos el susodich@ se apresta a publicar un artículo particularmente baboso a efectos de desmarcarse de la sospecha. Bueno, pues tanto por su bien como sobre todo por el nuestro vamos a dejar algunas cosas claras; no somos, a Dios gracias, ninguno de los que se han nombrado; en primer lugar, el verde de nuestros ojos es claro, limpio y sereno, nada que ver con amarillos impreso-escleróticos, somos bastante más jóvenes (y mejor parecidas) que todos esos mamporreros del Inserso (cuando la vejez es sabiduría y dignidad, es respetable como ninguna otra cosa; cuando es el acúmulo de una vida de falsedades y arrastres, ya no). Tampoco tenemos nada que ver con cierto ex mercenario redactor de best sellers ratoneros que hace poco se permitía criticar a Borges y ahora pretende darnos a todos clases de ética cortesana (tate zape, si es que estaba invitado). No somos nombres resonantes del circo mediático ni mucho menos consagrados en el mundo literario, ni nos consideramos (ni lejanamente) con talento suficiente para ello; pero no nos hace felices que nos comparen con según que gente; somos conscientes de que se nos lee con atención en círculos refinados, y que más de un sabiondo de tertulia se ha hecho eco de nuestras exposiciones tanto en la forma como en el fondo; somos conscientes de que en este momento y con respecto a la triste peripecia que sufrimos no hay un solo artículo de la prensa oficial digno de ser leído, y que es solamente en Internet donde se pueden encontrar reflexiones decentes realizadas por aficionados como nosotras mismas, empujadas a la arena como Espartaco ante el nauseabundo plante a la inversa de la piara fuenteovejunera (de nuevo a la inversa). Y somos conscientes de que si alguno de esos cretinos que cobran por escribir tuviera dos dedos de frente se habría dado ya cuenta de que la situación actual es una ocasión en bandeja para que algún periodista medianamente sagaz se lanzara a barajar futuribles que en muy breve plazo es prácticamente seguro que el tiempo confirmará. Ahora que la vieja España de siesta y moscas ha devenido en esta España 21, Zapping y Trepping, ¿dónde, dónde está nuestro poeta? con su sayón con hechuras de rapero debería estar cantando aquello de “Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios; uno de los dos casados ha de helarte el corazón”, a veces me pregunto que va a quedar para la historia de la literatura de los últimos veinte años, o mejor dicho, de las obras publicadas por personas que hoy tienen menos de cuarenta y cinco o cincuenta años, ¿las Historias del Kronen? (no lo digo en plan irónico); marujas trepizoides ganando Premios Planeta, plumillas mono-tema siempre atentos a la voz de su amo con su ocasional ripiado pseudogregueril y Manolito Gafotas. Todos a la que salta para colocar su rebuzno a remolque de la actualidad más vocinglera y chabacana y embolsarse una pasta. El Príncipe de Asturias, para Harry Potter (a tal señor, tal ganador). ¿Y si nos montáramos nosotras un personaje estilo Pelayín Potter y la Caja Escondida?; un par de miles de millones de euros no nos vendrían pero que nada mal. En fin, esperamos no ser injustas con ningún autor, lo cierto es que últimamente ya no leemos tan aceleradamente como antes (tanto que leer, tan poco tiempo). 



Madre mía, como nos hemos enrollado. Pedimos perdón a los que hayamos aburrido. A partir de ahora nuestros posts serán mucho más espaciados, solo los desarrollaremos si hay algo de gran interés que contar que los medios silencien, pues los descalabros de la parejita son algo tan cotidiano que no merece la pena seguirlos día a día; además, es muy probable que empiecen a llegaros por medios más oficiales, con lo cual nuestra misión habrá terminado; dentro de unos cuantos meses o años veréis a los gacetilleros consagrados reflejar en sus crónicas las mismas ideas que nosotras hemos dejado aquí, y quizás alguno, muy pocos, nos recordareis entonces. Bien, no importa; nos lo hemos pasado en grande. Muchas gracias a todos y preparaos, dentro de poco estaréis todos en primera fila presenciando un espectáculo de lo más entretenido. Buena suerte.

jueves, 13 de mayo de 2004

13/05/04

13/05/04

 Hola a todos. 

Me estoy jugando literalmente el pellejo por venir a relatarlo, pero un capítulo como este no podía quedarse en el tintero, así que después de arduas discusiones hemos decidido arriesgarnos y colgar este post, procurando adoptar todas las precauciones posibles (nos consta que el plan de censura en Internet auspiciado por Felipe y Letizia sigue en marcha contra la voluntad expresa de los Reyes). Deciros que ahora que la boda se echa encima estamos ante todo indignadísimas por la instrumentalización que esta irresponsable pareja está llevando a cabo con las víctimas del 11-M después de la manera tan abyecta y en la que con tanto cinismo y desvergüenza violaron descaradamente el luto nacional a guardar. A un nivel más mundano estamos muy desanimadas al tener conocimiento de sucesos como el que aquí nos remolca y sabiendo que el príncipe está cada día más intratable, más perdido, más apartado de cualquier código moral o ético comúnmente aceptado en sociedad, sea civil o religioso; particularmente preocupante es su actitud para con la Iglesia. No es que Felipe haya sido nunca un verdadero creyente, (o al menos practicante), en el sentido profundo de la palabra, pues ha hecho siempre lo que le ha dado la santa gana, encontrándose por lo habitual en sus devaneos con el beneplácito y la actitud servilmente aquiescente de los que le rodeaban, autoridades eclesiásticas incluidas, pero hasta que se inició este noviazgo tenía un respeto y un saber estar instintivo frente a los exigencias sociales y espirituales propias de su posición, que provenía sin duda de la educación que en este sentido le había proporcionado el ambiente familiar en el que se había criado. Pero ahora muestra una rebeldía sin concesiones, ríe, ironiza y se burla de cualquier cosa, política, cultura, Dios, lo que sea. Incluso blasfema y prorrumpe a tres menos dos en soeces expresiones que nadie antes le había escuchado pronunciar. Por otro lado Letizia continua desquiciada, cada día más afectada por los efectos secundarios de los preparados que le administran para que parezca más voluminosa, como todo arreglo estético artificial este también se delata a si mismo y por ello la vemos con esa figura física tan descompensada, donde un trasero llenito y perceptiblemente flácido y caído contrasta con esos bracillos de alambre y esa cara tan exageradamente hinchada, desafortunada recomposición facial que resulta aun más forzada tras la aplicación del colorete. Sus desordenes alimenticios continúan en fase crítica y su perdida de masa corporal hace ya largo tiempo que rebasó cualquier límite de seguridad; existen además contundentes indicios que parecen indicar que durante las dos últimas semanas ha comenzado a beber de forma compulsiva, práctica en la que no había incurrido hasta el momento, y que resulta particularmente peligrosa para ella teniendo en cuenta el abultado repertorio de sustancias farmacológicas que le suministran a diario. Su distanciamiento tanto de Felipe como del resto de miembros de la Familia Real continua en aumento, y las broncas entre los novios son cada vez más frecuentes, por lo que el humor de ambos es áspero y violento. Como sucedido menor, deciros que el último día que acudió a la preceptiva sesión de pruebas del vestido de novia una modista la pinchó sin querer con un alfiler y a ella se le escapó una fulminante bofetada, la chica se quedó estupefacta y se echó a llorar, pero otra compañera salió en su defensa y se armó la de San Quintín. Finalmente, con una buena suma de por medio para las implicadas la cosa quedó más o menos zanjada, si bien es verdad que por deseo expreso de Letizia ambas modistas han sido relevadas de su destino actual pero sin perjudicarlas, pues a estas alturas no pueden permitirse ningún escándalo. Pero el asunto que ha motivado este mensaje es el que a continuación paso a relataros; 

Felipe ha sido infiel a Letizia y ha sido pillado in fraganti. Ha ocurrido hace dos noches. Después de un demasiado tardío y de lo más desafortunado acto institucional (del que ya se han hecho públicos algunos detalles, aunque hubo más), Letizia necesitaba relajarse y quería salir con su madre de compras y Felipe pensó que podría quitársela de encima por unas horas, así que logró convencerla de que fueran ellas dos solas mientras él alegaba quedarse en Palacio charlando con uno de los encargados del parque móvil sobre algunos detalles de la boda. Letizia se fue razonablemente tranquila, pues tiene sobornado a uno de los guardaespaldas de Felipe para que la mantenga informada, lo que no sabe ella es que dicho empleado es fiel al Príncipe y además untado por este con una cantidad mayor para que informe a su favor. Así que en cuanto su novia salió por la puerta Felipe se fue de incógnito a encontrarse con su nuevo lío, que como ya participamos en potencia es una atractiva joven perteneciente a la alta nobleza española y que reside en Madrid, en La Moraleja; risueña y simpática, muy joven, mayor de edad pero apenas, de mohín y hábitos aún adolescentes, chulilla de cara y de figura juncal y elástica, como un olmo joven que ya ha dado de sí todo su largo pero aún no ha comenzado a enramar. Los dos pasaron juntos una tarde feliz, aunque sin sexo, estuvieron charlando y tomando unas copas en una conocida terraza de la zona de Chamartín (en mesa apartada y con gafas de sol, por supuesto). Llegó la noche, y como la pareja pretendía contar a su favor con el hecho de que a falta de tan pocos días para la ceremonia se le estén administrando a la novia sedantes con profusión, concertaron una cita romántica en Palacio (de acuerdo, no muy inteligente, pero ya sabéis donde tiene el grueso de las neuronas cierto personajillo muy ejemplar en el cumplimento de sus deberes); y así después de cenar, un coche con el colaborador más íntimo del Príncipe se llegó hasta la urbanización a buscar a la chiquilla y la trajo a Zarzuela y la introdujo en la habitación de su reciente seductor. Ahora bien, Letizia no dormía esa noche, el por qué lo ignoro, quizás recurrió al viejo truco de esconder las pastillas que le administraban bajo la lengua y no tragarlas, es tremendamente desconfiada y maliciaba algo. 

. Y tuvo razón. Así que de madrugada se levanta y se pone en marcha hacia el dormitorio de Felipe; cruza varias estancias y camina por el solitario y oscuro jardín como un espectro fugado del castillo de Hamlet, arropada tan solo por un vaporoso e inmenso salto de cama (no quiero pecar de preciosista, pero lo cierto es que la brillante blancura de la prenda deslizándose ingrávida por entre las alargadas sombras de los espesos macizos confería a la escena unos tintes de lo más fantasmal), y accede finalmente al ala central de Palacio por una puerta lateral, la misma que acostumbra a usar cotidianamente para tomar la fortaleza al asalto en sus razzias nocturnas. Se dirige prestamente al cuarto de su amado y antes de llegar, con el instinto de un animal salvaje al que se pretende burlar, olisquea algo y acelera el paso. En su recta final oye claramente murmullos de pasión que disparan todas sus alarmas; ahí dentro, con Felipe, hay alguien más, alguien que no es un camarero ni un amigo ni su madre, alguien que está (¿lo diré?) trajinándose a su hombre; presa de una furia sobrehumana empuja el picaporte con todas sus fuerzas y se encuentra cara a cara con el desastre; su prometido y una maldita zorra que a ella le han presentado en alguna parte están pegándosela delante de sus narices. Y Felipe, que la ha oído entrar, hace un quiebro imposible a medio revolcón sacando cada parte de su cuerpo de donde la tuviera metida y pega un salto estilo Houston que le sitúa a casi un metro por encima de aquel revoltijo de pelo lacio y moreno, almohadas, retazos de piel mórbida, braquitas de color fucsia y ropa de cama. Durante una fracción de segundo aquello parece una escena congelada de Matrix, de esas en las que la cámara realiza el giro completo de 360 grados. Cuando el espaciotiempo reacciona, Felipe cae a plomo todo lo largo que es sobre su nueva favorita, que solo gracias al auxilio de su juventud, una alimentación sana y equilibrada y las clases de tenis consigue zafarse ágilmente hacia un lado, y que arrastrada por la propia inercia de su movimiento y la onda de choque provocada por su amante al aterrizar sobre el colchón es literalmente catapultada sobre el borde de la cama, cayendo al suelo hecha un ovillo entre las sábanas de Holanda, únicamente un pequeño milagro evita que se deje una oreja colgando del tirador de la mesilla. Y es verla Letizia en el suelo y arrojarse sobre ella con los largos y esqueléticos brazos extendidos y todas las uñas por delante gritando como una posesa; de nuevo tan solo gracias a sus rápidos reflejos consigue la chica salvar los ojos, dando un revés instintivo a su rival que la arroja contra la cercana pared. A todo esto los músculos de Felipe, reaccionando por fin a la orden de moverse madurada durante casi un segundo de profunda reflexión en su lejano cerebro, le conducen a situarse entre ambas contendientes para tratar de separarlas, pero es demasiado tarde; Letizia, cuya nariz deja escapar un ligerísimo hilillo encarnado como consecuencia del último manotazo recibido, ya ha olido la sangre, y lanza un enloquecido viaje sobre la yugular del príncipe que este consigue esquivar por milímetros, recibiendo un puntazo de refilón en el hueso de la clavícula; sin pensar en lo que hace Felipe suelta la mano y Letizia recibe un impacto en plena cara que la deja virtualmente groggy, aunque aun tiene tiempo con sus últimas fuerzas de dirigirse trastabilleando hasta la mesilla para tratar de volcar la lámpara (tipo quinque Luis XV, de las que pesan) encima de la cabeza de su adversaria, encontrando tan solo el aire porque esta última viendo el percal hace ya largas décimas de segundo que brincó disparada hacia la salida, sin acordarse por supuesto de lo que llevaba puesto cuando entró en la habitación; así que completamente desnuda abre la puerta de un tirón y se encuentra cara a cara con dos guardaespaldas, uno de ellos en calzoncillos, con las pistolas cargadas y apuntando al cielo, como en las películas, que se disponían a entrar a patadas después de oír las señales del alboroto desde sus dormitorios; la chica, que no está como para que nadie la retenga, pasa a través de ellos y huye pasillo adelante a toda carrera. Y los guardaespaldas, al entrar, se encuentran con Felipe sujetando a duras penas a una Letizia que sigue aullando de forma demoníaca; entre los tres consiguen inmovilizarla sobre la cama y el príncipe llama por el interfono al psiquiatra de su novia para que acuda tan raudo como pueda. Mientras, sus Majestades los Reyes, que como todo Palacio han sido arrancados de su mejor sueño por la escandalera, se dirigen también rápidamente hacia la escena del crimen, en pijamas y chanclas, los batines a medio abrochar, seguidos por una quincena de agregados a la jarana formada por cocineras, mayordomos, expertos en protocolo y demás personal. Y al enfilar el último tramo de pasillo, ¿con quien diréis que se cruzan?, pues con nuestra espigada muchacha, que como recordareis huía despavorida tal y como Dios la trajo al mundo del lugar de los hechos; por supuesto que la chica no se detiene, aparta a empellones a todo quisque y continua corriendo; aquí sale de nuestra historia, no sabemos como se las arreglaría la otra noche para llegar hasta su casa, aunque nos consta que llegó sana y salva. Finalmente el grupo accede a la entrada de la estancia y se queda de piedra; la cara de todo el mundo es de poema; la que llamaba la atención era sin duda la de la Reina, con sus grandes ojos azules abiertos de par en par; El Rey, con la mandíbula desencajada, mira patidifuso al tendido; sobre la cama, tres hombres corpulentos sujetando a duras penas a una mujer que se retuerce y blasfema y lanza espumarajos por la boca (como en aquella película, no me viene...¿os acordáis vosotros?). El psiquiatra se adelanta y entre los cuatro consiguen hacerle tragar varias píldoras tranquilizantes, pero como tardan algo en hacer efecto tienen que permanecer aun unos minutos más inmovilizándola. Cuando la tensión de sus miembros comienza a relajarse, las mentes más lúcidas y expertas reaccionan y ponen en marcha la Operación Silencio; encierran a todo el personal en una sala cercana y proceden a realizar la habitual charla sobre seguridad nacional y razones de Estado, mezcla de intimidación y soborno, con la que pretenden asegurarse la lealtad de los testigos. 

Y los Reyes se quedan solos en el dormitorio con su hijo, el psiquiatra, Letizia medio inconsciente y un par de guardaespaldas. Felipe evita la mirada de sus padres, balbucea algo entre dientes y agarrando sus pantalones sale a escape del lugar con destino desconocido; y desconocido sigue siendo hasta ahora, solo se sabe que apareció al día siguiente y ordenó a su edecán que le sirviera el desayuno en su cuarto. Entre el psiquiatra y los dos gorilas (no os hacéis idea de lo que puede pesar un cuerpo en circunstancias como esas, hasta el suyo) llevan a Letizia a sus aposentos, donde duerme dando respingos (y eso que tenía encima suficiente dosis de calmante como para convertir a un potro de carreras en la mula Francis) por unas cuantas horas. Cuando despierta, dos psiquiatras expertos flanqueados por cuatro auxiliares de clínica se pasan media mañana reunidos con ella intentando convencerla de que renuncie a sus planes de venganza, y tras sedarla de nuevo convienen en que podrá asistir a una reunión con Felipe y el Rey, siempre que se tomen las precauciones oportunas. Y de esa forma y a toda prisa (pues tenían que acudir a más eventos, entre ellos una corrida (de toros), se termina llevando a cabo; al parecer Felipe intenta librarse de ella y el Rey presiona en este sentido, ofreciéndole una suma astronómica por su silencio y su desaparición de escena. Pero Letizia, con una calma glacial y mirándoles fijamente a los ojos, les manifiesta su inquebrantable voluntad de contraer las anunciadas nupcias con el Príncipe y ser la Reina de España, y amenaza con hacer público todo este incidente (y muchos más) si alguien intenta interponerse en su camino. Comen y dan una penosa impresión en el acto de la Comunidad que por supuesto es minuciosamente manipulado. Por la tarde, Letizia, ya repuesta y bajo los efectos de los ansiolíticos (y aprovechando que el panoli de su novio es un infeliz que se derrite en cuanto ella le hace un par de cariñitos, pues lo cierto es que pese a todo le tiene en un puño), representa de nuevo su papel a la perfección, bajo los silbos y pitos de la mayor parte de la concurrencia de Las Ventas. Y hoy salen para Dinamarca; ella está exultante, ha llenado siete maletas grandes para cubrir apenas treinta y seis horas y planea que su aparición en el bodorrio escandinavo desplace de primera plana las torturas de Irak o las batallas en Gaza, por supuesto que no está dispuesta a dejar que la novia le robe el protagonismo. Y tras algunas hipócritas y extemporáneas escenificaciones más, llegará su turno. Habrá pues boda, y tras las sonrisas forzadas adivinaremos muecas de ambición, infelicidad y desesperanza. 

Bueno, pues esto es lo que hay; dentro de una semana en la Almudena, bajo las nuevas pinturas (que una amiga mía llama pintadas) del Altar Mayor (bueno, sin ofender, yo no soy crítica de arte, prefiero no opinar; además, a caballo regalado (¿copiado?)...a mi las pinturas de abajo no me parecen tan malas, aunque mis gustos son bastante más clásicos; la modernidad de las vidrieras si que me sobrepasa, pero...en fin, siempre nos quedará la música, tan original, tan inédita, tan inspirada...) se llevará a cabo la ceremonia, si Dios no lo remedia. A nuestro alrededor, comentarios de todos los tonos, pero ninguno favorable. Incluso tengo un par de amigas que están a vueltas con eso de que la novia es la Gran Ramera del Apocalipsis, la mismísima Antivirgen, (Apoc. de San Juan, cap.17), teoría que he oído ya comentar por varias fuentes, dicen que todo les cuadra, que la pareja está maldita hasta los tuétanos y que el día D (Z) se desatarán sobre El Foro truenos, rayos y centellas. A mí la verdad, aún siendo católica y apostólica y creyendo en el cielo y en el infierno, ese planteamiento me parece bastante pasado de rosca, tampoco se trata de demonizar a nadie (aunque haya quien se lo merezca), si bien es inquietante la cuestión de como va a mantenerse en su lugar una Reina a quien sus súbditos consideran una ramera de proporciones bíblicas, pues está claro que a niveles más terrenales la situación es de lo más preocupante; continúan saliendo a la luz sin descanso datos, informaciones, entrevistas sobre lo precipitado e impropio de este enlace y sobre el pasado de Letizia, aquí, en Méjico, en Irak, es un goteo continuo que irá a más para convertirse en una riada, por que es cierto lo que dijo Don Juan y antes que él otros muchos hombres ancianos y por ello (casi todos) sabios, que el pasado es siempre presente y ese pasado será a la larga un lastre demasiado pesado para la Monarquía. 

Porque el pueblo español puede modernizarse tanto como el que más, pero nunca va a dar el visto bueno a una golfa vacía y acaparadora como Reina (ni a un golfo fatuo y egoísta como Rey), a una pareja que se va de tapadillo a organizar bacanales al Caribe mientras “sus” ciudadanos guardan el preceptivo duelo a sus difuntos. Es incuestionable que han de pesar más veinte siglos de latín en las corvas que siete meses de bulas de colorines en Hola; este pueblo puede matar a Dios y hasta arrojar su cadáver a la fosa común, pero no va a perdonar que los mismos celadores de su cementerio violen su tumba y saquen sus despojos del féretro para colgarlos en lo alto del Mayo y pasearlos por las calles de Madrid el próximo día veintidós; el pitido de esta olla express es cada vez más ensordecedor, no veo nada claro que futuro le cabe esperar a esta cocina, pero seguro que me alegro de no ser parte de los que tienen que ocuparse de ella. Al tiempo. 

Y hablando de cocinas, aprovecho este post para reiterar nuestro llamamiento a la cacerolada, una forma de protestar pacífica, cómoda (cada uno la puede hacer desde su casa), contagiosa (seguro que cuando el vecino distraído se entere de la razón por la que estáis aporreando el perol de hervir el pescado con semejante entusiasmo se une a la fiesta) y que no se puede instrumentalizar fácilmente. Y aunque no estemos de acuerdo con que haya grupos que quieran usar el sentir popular para tratar de llevar el agua a su molino, estaremos presentes en las concentraciones antiboda convocadas en nuestra población; ateos, creyentes, de derechas, de izquierdas, anti-Felipistas, republicanos, cada uno con su bandera, sin banderas, todos unidos para denunciar esta grave equivocación para nuestro país. Adelante, se lo debemos a mucha gente. (El alcalde nos da ese día transporte gratis para que el rebaño vaya a hacer bulto (¿ya recelan?); bien, pues utilicémoslo para acudir a dichas concentraciones; ay, alcalde, alcalde, de otras muchas cosas estamos necesitados en la Villa y ExCorte antes que de ir a babear a la Almudena para mayor gloria de cuatro cortesanos de vía estrecha (¿o es que vais a arrojarnos encima las sobras del banquete para que las rebañemos sobre el asfalto, quizás hasta un pedacito de esa tan traída y llevada tortilla desestructurada” para que los que solo existimos para pagar también podamos degustarla?; no se por qué me da en la nariz que la de la tortilla va a ser la menor de las desestructuraciones que nos esperan). 

Por lo demás, deciros que tenemos elementos de nuestro grupo que acudirán como invitados por derecho propio a la ceremonia y si ocurre algo digno de mención haremos lo imposible por contarlo. Un saludo a todos. Hasta cuando sea. 

PD Una nota más ligera; se dice que si Pilar será esta, la otra o el de más allá; bueno, voy a daros una pista que es rigurosamente cierta; la persona que ha escrito este post tiene los ojos genuinamente verdes (de nacimiento).

27/04/04

27/04/04 

Hola a todos. 

Hoy tenemos muchas cosas que contar. Empezamos. 

Lo primero, las reivindicaciones y desmentidos; 

La persona que redactó el post titulado La Noche de la Iguana publicado en este foro con fecha 22-04-04 está legítimamente acreditada para escribir bajo el pseudónimo de Pilar (ese fue el último mensaje colgado por Pilar con anterioridad al presente). Nos reafirmamos en todas nuestras críticas a la prensa española y a la Iglesia Católica, así como en nuestro consejo de que la buena lectura es la mejor vacuna contra los lavados de cerebro. Por otro lado, informaros de que la relación entre Erika y el caballero que conoció en la costa norte de la República Dominicana (cuyo nombre hemos decidido no revelar de momento, para evitar daño a terceras personas, menores de edad, aunque nos reservamos el derecho de hacerlo si lo consideramos conveniente) ha terminado. En una escena que tuvo sus más y sus menos, este caballero informó a Erika de su decisión de dar dicha relación por finalizada. 


La persona que ha redactado los posts Letizia Ingresada, con fecha 24-04-04 y Letizia entra en coma, con fecha 27-04-04, NO ESTA LEGÍTIMAMENTE ACREDITADA para escribir bajo el pseudónimo de Pilar (tampoco son legítimos, por supuesto, otros mensajes menores). Aunque los hechos que se narran en esos dos posts podrían ocurrir cualquier día, tal como están las cosas, lo cierto es que no han ocurrido, son completamente falsos. Sí que ha ocurrido que Letizia se haya sometido a una nueva revisión ginecológica en los últimos días, (el jueves por la tarde en la clínica Ruber Internacional, antes de su viaje a Barcelona), al parecer albergando la esperanza de haber podido quedar embarazada, pero podemos dar ya como información contrastada que no es el caso, respondiendo sus recientes desórdenes en el periodo menstrual a sus trastornos alimenticios. Según le han informado los médicos, un embarazo en su actual estado es prácticamente imposible, y de producirse, sería totalmente inviable el pretender llevarlo a buen término. Por ello se ha pospuesto cualquier tipo de tratamiento de fertilidad a que dichos trastornos alimenticios puedan ser solucionados. Existen además condicionantes previos a los presentes que le harían particularmente difícil concebir. Creemos que es quizás una información parcial sobre esta visita la que haya podido motivar a alguien a realizar estos dos escritos. En todo caso, si esta redacción apócrifa ha sido llevada a cabo por alguien que pretende utilizar en su beneficio la credibilidad de que disfrutan los posts colgados bajo el pseudónimo Pilar, decirle que sin pretender que un nombre falso y escrito de forma anónima en un foro público pueda pretender disfrutar de derechos de autor (aunque viendo como se nos utiliza y copia, deberíamos percibirlos) si que creemos que movimientos como este restan respetabilidad a nuestra denuncia de lo que está ocurriendo y no benefician a nadie. Si, como tenemos serias razones para pensar, que a continuación detallamos, obedece a UN PREMEDITADO Y ESTUDIADO INTENTO DE DESACREDITAR NUESTROS MENSAJES, LLEVADO A CABO POR PROFESIONALES, decirles que no se puede tapar el sol con el dedo meñique, y que la situación que pretenden ocultar ya hace mucho tiempo que se les fue completamente de las manos. 

Os informamos de que este será EL ÚLTIMO MENSAJE que colgaremos. Se ha montado un operativo a gran escala para neutralizar todo el flujo de información libre que está circulando por Internet con respecto a la boda. Varias personas de nuestro entorno han sufrido la intervención de sus líneas telefónicas y se han detectado troyanos muy sofisticados en varios de nuestros PCs. Los últimos hackeos que han provocado caídas de páginas y averías continuas en casi todos los foros no censurados que hablan de este tema, y muy posiblemente la aparición de mensajes apócrifos como los comentados anteriormente responden a este operativo, que fue puesto en marcha bajo la responsabilidad de Felipe y Letizia, y que ha sido después suspendido por el mismísimo Rey (frente a la belicosa oposición de aquellos dos), en el mismo momento en que tuvo conocimiento de él, puede que por objeciones morales y seguramente por la lógica reflexión de que una operación así serviría mucho más para dar publicidad a los asuntos comentados en estos foros libres que para neutralizarlos. Nosotras, escribiendo siempre desde diferente emplazamiento, hemos evitado hasta ahora ser localizadas, pero no podemos continuar por más tiempo poniendo en peligro los puestos de trabajo e incluso la seguridad personal propia y la de los que nos rodean (por otro lado, si intentaran dañarnos, saldrían en la prensa española y extranjera numerosos datos inéditos de cuestiones anteriores a Letizia). Pero no temáis, no es probable que investiguen a nadie a nivel individual (nuestro caso es diferente), su estrategia consistiría principalmente en sabotear los web sites referidos. 

En este último mensaje daremos pues el resto de la información de que disponemos y procuraremos explicar con la mayor claridad nuestra posición con respecto a esta boda y los motivos que nos han llevado a denunciar la presente situación. 

Hemos investigado el pasado de Letizia. Ha sido muy difícil, incluso con todos nuestros contactos no hemos podido esclarecer algunos puntos, la Operación Silencio ha sido diseñada a conciencia. Si podemos atestiguar en todo caso los puntos que exponemos a continuación; 

Letizia mantuvo relaciones con el profesor Alonso Guerrero en el Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid desde los dieciséis años, cuando el aún convivía maritalmente con su esposa anterior, con la que acabó divorciándose como consecuencia de dicha relación. 

Ambos mantuvieron una relación intermitente (cuya exacta naturaleza no podríamos definir) durante los once años siguientes, aunque durante ese periodo ambos tuvieron otras parejas, particularmente Letizia, que mantuvo relaciones con varios hombres en la Universidad Complutense, en Méjico y en los diferentes lugares donde trabajó. 

Podemos certificar que durante su estancia en Méjico Letizia, que frecuentó los ambientes bohemios en diversos lugares, si posó desnuda para el pintor Oswaldo Saavedra, que tiene además otros cuadros en su poder cuya exposición ha sido de momento suspendida después de que haya ejercido chantaje económico sobre la Corona de España, a la que no ha habido más remedio que plegarse. Ha existido asimismo material fotográfico en diversas manos en Méjico y en España cuya desaparición ha tenido que ser igualmente comprada, tenemos pruebas definitivas sobre este particular. 

Finalmente, Letizia contrajo matrimonio con Alonso Guerrero, para divorciarse al año siguiente. El motivo de que dicha sentencia de divorció esté guardada en una caja fuerte pasa por dos hechos que se pretende a toda costa ocultar. El primero, que Guerrero y Letizia celebraron su matrimonio por lo civil, e independientemente de sus creencias al respecto, por la imposibilidad del novio de contraerlo por la Iglesia, al tener ya uno anterior. El segundo, que la causa de separación no fue de mutuo acuerdo, sino por denuncia del marido de las relaciones adúlteras de su entonces mujer. 

Todos los historiales ginecológicos de Letizia desde que le vino el primer periodo están absolutamente secuestrados y ocultos en una operación de máxima seguridad. No hemos podido constatar ni averiguar nada a este respecto, excepto en lo referente a las últimas visitas, de las que sabemos lo expuesto más arriba, que su capacidad de engendrar es nula hoy por hoy y prácticamente nula en el futuro. 

Es del conocimiento público que entre las numerosas relaciones sentimentales que se han solapado en el pasado de Letizia figuran también las de David Tejera y el Príncipe Felipe. Lo que ya no sabe tanta gente es que la relación entre Letizia y Felipe se remonta a casi un año y medio antes de la famosa cena alcahuetística de Erquicia, espacio durante el cual mantuvieron relaciones esporádicas, (que alternaban ambos con otras con terceras personas), y de las que ella se benefició profesionalmente de forma intensa. Lo de Erquicia fue preparado como cobertura una vez se medio planeaba la operación final. Esta operación estaba destinada a ser bastante más larga y sofisticada, pero todo se aceleró de golpe cuando hubo filtraciones a la prensa y tuvieron que soltarlo de golpe, con las cortinas de humo a medio preparar. Letizia nunca estuvo en Costa Rica veraneando sola el año pasado como se ha escrito, sino con Felipe en un resort del Caribe en la fracción francesa la isla de San Martín, un lugar ya frecuentado con anterioridad por el Heredero acompañado de otras exparejas. No conocemos con exactitud la excusa que se le vendió a David Tejera sobre este viaje, pero nos consta que no sabía nada porque Tejera se enteró de que había sido repudiado por su pareja escasos días antes de que se hiciera público el anuncio oficial. 

El silencio de muchas personas implicadas en todos estos hechos se ha conseguido a través de la intimidación o la compensación económica, o ambas. 

Esto en cuanto al pasado. En cuanto al presente, la situación se agrava a cada día que pasa. La delgadez de Letizia es extrema. Sus desvanecimientos son cada vez más frecuentes, debido a lo muy avanzado de su anorexia y bulimia. Como hemos dicho, la enfermedad ya ha comenzado a afectar a su periodo menstrual. Sabemos que se provoca el vómito continuamente, aunque lo hace siempre en privado, no tenemos constancia de que por el momento haya vomitado nunca en público. Las peleas en Palacio son ahora menos habituales, porque todos procuran evitarla, incluido Felipe algunas veces. Pero ella se pega a él como una lapa, se opone a que acuda a los actos oficiales ya previstos, tiene miedo de dejarle cinco minutos solo, insiste en que vayan los dos juntos a todos lados, está radicalmente obsesionada con la idea de que está intentando serle infiel y se obstina en ejercer sobre él una férrea y perpetua vigilancia que es patológica por derecho propio; probablemente forme parte de su desorden anímico, al igual que la insoportable ansiedad por la que necesita de continuo realizar viajes a cualquier sitio, alojarse en las suites más lujosas, comer en los restaurantes más caros, gastar dinero a manos llenas en cada tienda. Por otro lado, respecto a la infidelidad, podría tener bastante razón; lo cierto es que están cada día más distanciados, y Felipe ha realizado últimamente dos salidas intempestivas de Zarzuela al amparo de la noche, aprovechando el sueño sedado de su prometida (que por cierto, aunque tiene su habitación en unas salas aparte que casi no se usaban y que han acondicionado ahora como “ala de invitados”, se pasea prácticamente desnuda por Palacio y jardines adyacentes a altas horas de la madrugada para llegarse a la cama de Felipe cuando le parece, sin que los Reyes por supuesto se atrevan a decir ni mú, tal como está el patio), y Felipe se ha escapado por dos veces, como decimos, durante la última semana y media, cuando sabía que a ella le habían administrado somníferos y no iba a venir, aunque no hemos podido determinar adonde, en estas ocasiones ha salido acompañado solamente de un guardaespaldas y chofer de su total confianza. Entre su círculo más íntimo hay rumores que hablan de una jovencísima representante de la alta nobleza madrileña, pero no tenemos ningún dato fidedigno al respecto. 

Por supuesto, aquellos tan comentados viajes por España proyectados para dar a conocer a la futura reina han quedado definitivamente anulados, ante la imposibilidad de que la actual Letizia de una imagen mínimamente presentable. Lo único que podremos ver la pareja día tras día son imágenes de archivo y documentales con fotos de cuando tenían cuatro años, como mucho alguna borrosa imagen “nueva”, furtiva y fugaz, tomada a larga distancia y retocada. Todas sus apariciones públicas están restringidas al máximo y la operación de ocultamiento que se practica desde hace meses continuará hasta el día de la boda, a partir de la cual se confía en que vayan amainando las críticas al enlace y ella empiece a engordar un poco. El problema más grave sigue siendo la poca fiabilidad que Letizia ofrece como garante de la continuidad de la dinastía Borbón por sus graves problemas psicológicos, de salud en general y sobre todo de su aparato reproductor. 

Nos gustaría aclarar ahora el motivo ideológico que nos mueve para hacer públicas todas estas realidades, que no es, ni mucho menos, una personal antipatía hacia ninguno de los componentes de la pareja (tampoco es que nos resulten simpáticos, a que negarlo), sino algo mucho más profundo. Es una cuestión de Estado

Tenemos el convencimiento de que el Estado Español, a diferencia de otros en Europa, con sociedades más homogéneas y democracias más consolidadas, no puede permitirse jugar con ciertas cosas. Pensamos que en nuestro caso la Monarquía como símbolo representante y unificador del Estado no es un lujo, sino una apremiante necesidad. Lo fue para conseguir una transición pacífica y lo será más para hacer frente a los retos del nuevo milenio, en el que debido a las tensiones nacionalistas siempre en ascenso y a la nueva sociedad multicultural que conformaremos, un sólido y eficaz elemento de unión reconocido como punto de referencia por la inmensa mayoría del pueblo español se hace virtualmente imprescindible. Durante treinta años lo hemos tenido. Dicen que con el 11-S comenzó el siglo XXI para los EEUU. Está claro que con el 11-M y esta boda se cierra una etapa de la historia de España, y se abre la siguiente. Todo apunta a que esta nueva etapa será de lo más agitada, con la reavivación de conflictos que llevaban siglos dormidos, como son el enfrentamiento entre la cultura occidental y el Islam, entre el este y el oeste. España está en primera línea de dicho conflicto. No queremos parecer iluminadas ni apocalípticas, incluso sin la presencia de ese escenario, nosotros los españoles con nuestra idiosincrasia extremista y follonera a nivel político, regionalista, y ahora como decimos de nuevo crisol racial y cultural, nos bastamos y sobramos solitos para liarla. Por eso necesitamos la Monarquía (si no, ¿de qué? lo lógico de una nación de nuestro nivel socioeconómico sería un régimen político totalmente democrático e igualitario). Por eso hemos sido la mayoría Juan Carlistas, por eso lo seguimos siendo, y por eso tenemos el derecho y la obligación de exigir que quien contraiga las responsabilidades de la Corona sea capaz de desempeñar este papel con eficacia y solvencia. Y esta pareja, con la irresponsabilidad que ya ha demostrado y sobre todo con la poca confianza que nos ofrece a nivel de proyecto a largo plazo, cuando ni siquiera está claro que puedan servir para engendrar un heredero, no nos sirven. No es nada personal, es, como decimos, cuestión de Estado, y es nuestro deber el decirlo. 

Países con muchas menos preocupaciones a este nivel como Noruega u Holanda (hace cinco meses herejes y pervertidos, ahora “antiguos” y reprimidos) así lo entienden y sus parlamentos han investigado a fondo e incluso vetado opciones de este orden que consideraban no adecuadas para su seguridad nacional y estabilidad a largo plazo. En Bélgica, país que sufre las tensiones de reunir bajo su bandera a dos etnias cultural e históricamente heterogéneas, se toman este tipo de cosas muy en serio. Nuestro caso es aun más complicado que el de Bélgica. Debemos pues tomar ejemplo de todo esto, exigir que aquí se haga lo mismo. 

Proponemos, aunque para eso habrá otros mucho más capacitados que nosotras, que ya que esta pareja ha dado muestras inequívocas de no estar a la altura de las circunstancias, se establezca un plan por el que alguien que conserve un mínimo del capital de respeto y representatividad de la Monarquía Borbónica (el hijo de Cristina e Iñaki, quizás) sea preparado para en su día asumir las obligaciones de la Corona. Y si en último caso todo es imposible, creemos que será mucho menos gravoso para el Estado que de una forma consensuada, gradual y serena se modifique nuestra forma de gobierno de Monarquía Constitucional a otro más adecuada a que dicho Estado tenga que sufrir el desgaste propiciado por la erosión que los escándalos protagonizados por unos herederos a la Corona tan insolventes, ni siquiera capacitados para garantizar la continuidad a nivel genético, acaben provocando, y cuyas futuras crisis repercutan tan negativamente en el tejido más esencial de nuestro marco social y político (ya decimos que comedias trágicas de tampax desplegables y carreras fatales tipo Carlos y Diana son un divertimento que otros quizás puedan permitirse, pero nosotros no). Los actuales Reyes deberían ser libres de retirarse en su momento con total dignidad y contando por su labor con el reconocimiento absoluto del pueblo español y de la historia. 

Hacemos un llamamiento a la prensa de nuestro país para que recupere su decencia y de forma seria y profesional saque todas estas graves cuestiones a la palestra, en vez de limitarse a describir la tarta o los tocados que se llevaran el día de la boda. El pretender sacrificar la verdad en nombre de la estabilidad institucional mal entendida es pan para hoy y (mucho) hambre para mañana. Muy malos tiempos son estos si hay ciudadanos particulares (no somos periodistas ni puñetera la falta que nos hace) que se tienen que dedicar a confeccionar estos mensajes. Mucho peores si hay otros ciudadanos que tienen que estar esperándolos y creyéndolos a pies juntillas porque el sistema de ¨libertad de prensa¨ no les ofrece alternativas. Desde que funciona Internet, es de lo más peligroso que un pueblo culto tenga que estar adivinando la verdad, en vez de saberla. Tengan un poco de vergüenza, ¿para esto tanto Master y tanto doctorado en Niu Yor y tantas tesis sobre el derecho a la información y las teorías de la comunicación? ¿o ya no pueden distinguir más colores que el rojo tomate y el salsa rosa?. 

A los villanos serviles en puestos de responsabilidad que deberían alzar su voz en esta situación pero que se limitan a agachar la cerviz les recordamos que “al Rey la Hacienda y la Vida se han de dar, pero el honor es patrimonio del Alma...y el Alma solo es de Dios” (o aunque sea del talante dialogante, pero no del Rey). 

Asimismo, hacemos un llamamiento al pueblo español para que por medio de todos los métodos LEGALES Y PACÍFICOS a su alcance exprese su total desacuerdo no con esta boda en sí, sino con que sus protagonistas sean los herederos oficiales de la Corona. Recogida de firmas, envío masivo de cartas y e-mails a los medios de comunicación. A este particular, se puede manifestar oposición a la boda frente a la Iglesia Católica, a través de una respuesta a la publicación de sus amonestaciones (es aquello de el que sepa algo, que lo diga ahora o calle para siempre; es por eso que la publicación de dichas amonestaciones se ha realizado bajo el mayor secreto y a la chita callando). Proponemos la resistencia pasiva total al evento, absteniéndonos de acudir a presenciar in situ la ceremonia (además por razones de seguridad también es mejor no ir), evitando comprar cualquier artículo que tenga que ver con ella y por supuesto no participando en ninguna actividad ni enviando ningún regalo a los novios. Boicot económico a los medios de comunicación lacayunos, tanto audiovisuales como escritos, y por último, una cacerolada multitudinaria el día 22 de Mayo para que dichos medios no tengan más remedio que reflejar la posición real de la ciudadanía con respecto a dicho evento. 

Por favor, difundid este mensaje por todos los medios que sea posible. 

Por los errores que hayamos podido cometer pedimos disculpas, y os aseguramos francamente que nunca nos ha movido ni nos mueve el más mínimo deseo de perjudicar a nadie, sino una preocupación profunda y sincera por el futuro de nuestro país. Un saludo a todos. Hasta siempre. 

Pilar. 

Post Data. Señor Peñafiel, se acerca usted, pero no toca diana. Si le interesa contratarnos de reporteras, se puede negociar. Hay que ver que mundo este, en fin, si es por una buena causa...Siga apoyando al pueblo, todos saldremos beneficiados. Chssssssssmente suya (y de tod@s los demás),parasiempre.